Esta casa vive hacia adentro, sin vistas a la calle o desde la calle, logrando una sensación de intimidad y seguridad visual y priorizando las vistas hacia el Bosque de Chapultepec.

En el terreno hay dos palmas y una jacaranda de grandes dimensiones, esto lo tomamos como generador de la distribución general de la casa, dando lugar a este gran pasillo en los dos niveles con transparencia total para resaltar la importancia de los árboles en cada una de las vistas exteriores.

La fachada está diseñada y construida principalmente de cantera de Puebla y aplanados de colores neutros, con la cancelería de aluminio color 2001 mate.

Todos los materiales usados en el interior son naturales, de colores neutros, la duela de todos los pisos es de bambú.

El vestíbulo, de doble altura, funciona como distribuidor para todas las áreas de la casa y aporta iluminación natural en a la planta baja.